Las
personas con Síndrome de Down tienen más similitud que diferencias con las
personas de desarrollo regular. Existe una gran variedad de personalidades,
estilos de aprendizaje, inteligencia, apariencia, obediencia, humor, compasión,
congenialidad y actitud entre los bebés con Síndrome de Down.
Físicamente,
un niño con síndrome de Down puede tener ojos almendrados y orejas pequeñas y
ligeramente dobladas en la parte superior. Su boca puede ser pequeña, lo que
hace que la lengua parezca grande. La nariz también puede ser pequeña y hundida
en el entrecejo. Algunos bebés con S.D. tienen el cuello corto y las manos
pequeñas con dedos cortos. Son niños con una inteligencia social excepcional.
Los
bebés con síndrome de Down tienden a desarrollarse más lentamente que otros
bebés. Empiezan a caminar más tarde. Cuando crecen, tienden a ser más pequeños.
En muchos casos, tienen los párpados ligeramente hacia arriba. Podrían tener
pequeños pliegues de piel en el rabillo interior de los ojos. Sus narices
pueden ser un poco aplanadas y las orejas pueden ser pequeñas y con forma
anormal. Asimismo, pueden tener una separación más grande de lo normal entre el
primer y el segundo dedo del pie.
Los niños nacidos con síndrome de
Down también son más propensos a padecer determinados problemas de salud. Es
más probable que contraigan infecciones, como algunas enfermedades
respiratorias. También pueden tener problemas de oído o digestivos como el
estreñimiento. Algunos bebés con síndrome de Down tienen también problemas de
estómago u obstrucción intestinal que impide la adecuada digestión de los
alimentos.
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